Ser madre es una de las tareas, en la vida de las mujeres, más
complejas, desafiantes y gratificantes que pueda existir. Ser madre
significa sacrificarse por sus hijos a tal grado que estos lleguen a ser
personas útiles a la sociedad, los mejores adultos posibles. Ser madre
significa poner prioridades sobre nuestras necesidades y deseos y
cumplir primeramente las de los hijos. Ser madre es tener ocupadas
todas las horas del día y parte de las de la noche. Ser madre es practicar
la justicia, el buen humor y el equilibrio entre los diferentes hijos y el
otro cónyuge. Ser madre es tener la suficiente madurez espiritual y
religiosa para encaminar a los niños a crecer en la fe y en el servicio a
los demás.
Las madres son seres humanos con defectos y virtudes. No pueden
ser súper-madres. Nadie es perfecto y la madre tampoco lo es. Más
bien, el mito de la mamá perfecta no es bueno y no se basa en la
realidad. Las madres que tratan de ser súper-heroínas por lo general
son personas irritables, tensas y cansadas, porque se exigen demasiado
de ellas mismas y de sus esposos e hijos.
Como todo ser humano y especialmente por su misión tan difícil, las
madres necesitan de todo el apoyo necesario de su familia y de sus
amigos íntimos. Necesitan un espacio propio para recuperarse y poder
manejar mejor las exigencias sobre el tiempo y las energías. La
participación del esposo con su familia es muy importante para el
bienestar de la familia.
Podemos mencionar algunas sugerencias que pueden ayudar a aliviar
la tensión y mantener la armonía en el hogar:
El amor es el ingrediente principal, aunque hay situaciones donde es
difícil actuar con amor. Pero cuando usted hable o razone con los
niños, recuerde que usted es la mayor influencia positiva en sus vidas.
La risa es otro ingrediente importante.
El humor es muy bueno para toda relación. No debe tomarse muy en
serio pues algunas veces usted deberá relajarse y reírse, y animar a los
muchachos a que también ellos se rían.
Cuidar su matrimonio. Para desarrollar sus vidas normalmente los
hijos necesitan un hogar feliz, maduro, centrado, con padres cariñosos.
Cuidarse a sí misma. La madre debe cuidar su salud física y mental
para poder ser una persona positiva en la vida de su familia. Si necesita
ayuda, búsquela entre familia, amistades o profesionales.
La oración es importante porque le recuerda el amor de Dios por
usted y todos los suyos y le da valor cuando sienta temor o tensión.
Ore a solas pero también con su esposo y sus hijos.
En este Día de las Madres elevemos esta oración anónima para
bendición de todos nuestros hijos y nietos:
“Padre, te doy gracias por mis hijos, me los das dado para amarlos,
cuidarlos y criarlos para tus propósitos. Concédeme la gracia de
amarlos a cada uno como Tú quieres que los ame. Concédeme la
dedicación para responder a sus necesidades. Concédeme la sabiduría
para guiarlos hacia tus planes para sus vidas. Concédeme la felicidad
profunda de ser la madre de ellos. Amén”.
Mayo 2010.
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