El día siete de Octubre próximo se cumplirán 42 años de la
fundación de la Orden Misioneras de la Caridad. En l950 Madre
Teresa, una monja Católica de origen albano, tuvo una inspiración o
llamado de Dios para atender a los más pobres entre los pobres de la
ciudad de Calcuta, India, y de esta inquietud surge esa congregación
dedicada al servicio de los más necesitados.
Desde entonces la Madre Teresa ha recorrido un largo camino. Ade-
más de las Misioneras de la Caridad, que son mujeres voluntarias
trabajando alrededor del mundo, en l963 fundó la rama Hermanos
Misioneros de la Caridad, constituida por hombres con vocación reli-
giosa y amor al servicio. En l969 inició también la Asociación Inter-
nacional de Colaboradores de Madre Teresa, que representa a los
laicos preocupados por ayudar y asistir a las obras de esta diminuta
mujer.
Aquí en Honduras hay Misioneras de la Caridad en Tegucigalpa y en
Santa Rosa de Copán desde hace unos diez años. A San Pedro Sula,
sin embargo, llegaron hasta principios de este año y desde entonces
están encargadas del Albergue Don de Dios que funciona en el Hospi-
tal “Leonardo Martínez” para el cuidado de sidóticos.
Madre Teresa es un fenómeno de nuestro siglo, es una profeta in-
terpretando la voluntad del Padre; es una mensajera de amor y una
embajadora divina ante los hombres. Puede decirse que ella es un
orgullo de Dios.
Cuando se estudia un poco la vida de esta santa no puede rehuirse
uno al influjo y a la motivación que se derivan de su trayectoria y
trabajo. Es impresionante y estimulante saber que hay ahora mismo, a
fines del siglo veinte, una persona de tal sencillez y entrega que contrasta
con la vida consumista, violenta y egoísta que viven los pueblos. Su
ejemplo es un canto de amor, un signo de esperanza y una enseñanza
de ternura y de paz hacia todos los hombres.
Veamos y vivamos algunos de sus pensamientos porque con seguridad
enriquecerán nuestras vidas. “Yo he aceptado la representación de los
pobres del mundo entero. De aquellos a quienes nadie quiere ni profesa
amistad. De los subnormales. De los ciegos. De los alcohólicos. De
los marginados de la sociedad. De los que han olvidado qué es el
amor y el contacto humano.
Los pobres comprenden mejor la dignidad humana. Su principal
problema no consiste en carecer de dinero sino en no ver reconocido
su derecho a ser tratados con humanidad y con amor.
Lo esencial en un colaborador es el esfuerzo de fe por ver a Cristo
en la persona del pobre, la disponibilidad de corazón para amarlo y
servirlo a través de quienes lo necesitan. Un colaborador es un
instrumento en manos de Dios que debe poder disponer de él sin
consulta previa. El amor no se mide por lo que hacemos sino por el
amor que ponemos en nuestros actos.
Hagamos hoy algo hermoso para Dios.
El amor tiene que cimentarse sobre el sacrificio. Tenemos que dar
hasta sentir dolor. Busquen a quienes los necesitan, entablando un
conocimiento personal. Hagan por ellos cosas pequeñas, aquellas para
las que ningún otro tiene tiempo. Debemos irradiar el gozo de ser
pobres, más con nuestra conducta que con nuestras palabras. Al servir
como Dios sirve, tenemos la posibilidad de estar ya en el cielo aquí en
la tierra y ser felices con Él.
Vivimos día a día, confiados únicamente en la Divina Providencia.
Recibimos mucho y lo damos todo. Yo soy como un lapicero en manos
de Dios. Si Dios quiere algo, no dejará de realizarse.
Tenemos necesidad de silencio para ser capaces de tocar las almas.
Lo esencial no es lo que decimos, sino lo que Dios nos dice a nosotros
y por nuestro medio. Todas nuestras palabras serán inútiles si no nos
brotan desde dentro”.
Una pregunta surge como consecuencia de este apostolado hacia
los desamparados. ¿Es eficaz el trabajo de Madre Teresa? ¿Está
realmente haciendo mella en la sociedad actual? Esta pequeña gran
mujer ha despertado una nueva conciencia en millones de personas.
Gracias a ella se conoce a los pobres, resultan más amados y mejor
cuidados. Su obra no puede criticarse como observadores, hay que
trabajar en las casas del moribundo para intuir el amor, el más mara-
villoso de los milagros: salvar al pobre, verlo recuperar su dignidad,
hacer resurgir en él la imagen de Dios.
Usted puede ver esta obra en el Hospital “Leonardo Martínez”, en el
espacio de los enfermos de Sida.
Venga y ayúdenos...
Hasta aquí quedó impreso en el papel pero quiero agregar otros
datos.
Madre Teresa nació en l9l0 en Albania. En l928 entra al convento de
las Hermanas de Loreto en Irlanda. Es enviada en l929 a la India
como profesora y directora. En Septiembre de l946 tiene la inspiración
y en Agosto ocho de l948 recibe el permiso para cambiar de hábito.
El siete de Octubre de l950 surge la congregación Misioneras de la
Caridad y en Marzo de l963 funda Hermanos Misioneros de la Ca-
ridad; en Marzo 26 de l969 la Asociación Internacional de Colabo-
radores de Madre Teresa y el 17 de Octubre de l979 se le otorga el
Premio Nóbel de la Paz.
Madre, ¿usted viaja siempre sola?... No, somos siempre tres, Jesús,
el ángel de la guarda y yo.
Diálogo con el Papa. “Bendígame Santo Padre, pida por mí para
que no eche a perder la obra de Dios”. “Si, Madre, pida también
usted por mí para que no eche a perder su iglesia. Si en la luna hay
pobres, iremos también allí. Si Gandhi la hubiera encontrado, él se
hubiera hecho cristiano. Si la obra fuese mía, moriría conmigo. Como
es de Dios, me sobrevivirá a mí y hará mucho bien”.
Qué es lo más importante para los colaboradores ––ser santos, darse.
Amen la oración porque ensancha el corazón hasta hacerlo capaz de
contener el don del mismo Dios. No importa que la recaudación de
dinero sea inferior, con tal que se esparza e irradie más el amor de
Cristo. Alimentar a Cristo en el pobre que tiene hambre no sólo de
pan, sino de amor. En toda familia y vecindario existe alguien que sufre.
La religión cristiana es amor.
Octubre l992.
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